Tal y como están las cosas, es difícil hablar de fiesta cuando la mayoría de los jóvenes no tenemos dinero para disfrutar de ella. Somos la generación perdida, preparados y con la vista puesta en el extranjero, lugar en el que parecen estar nuestras oportunidades. Y en busca de esa oportunidad ando yo también y, antes de aprender alemán y partir rumbo a Alemania o Austria, tengo que intentar luchar un poco más en España. No tengo una amplia experiencia pero si puedo demostrar algo: no sólo sirvo para hablar de fiesta, también me puedo poner un poco más seria y presentar (con menor o mayor acierto) un informativo. Aquí dejo la prueba a la espera de que alguien me brinde la oportunidad de mejorar este trabajo:
